Guzmán el Malo

 Cuenta la leyenda que durante el asedio de Tarifa, el sultán Abu Yacub apresó al hijo del alcaide Alonso Pérez de Guzmán, amenazando con matarlo si la ciudad no se rendía. Alonso no solo no se rindió sino que arrojó a los sitiadores su propio puñal para que cumplieran la amenaza. La ciudad resistió, los africanos se retiraron y a nuestro hombre se le pasó a conocer como Guzmán el Bueno.

Alguno ya habrá adivinado que voy a hablar del secuestro por parte de piratas somalíes del atunero español, Playa de Bakio. Según aseguró el presidente de la autoridad portuaria de Haradhere, Sr. Jalif Ahmed, los piratas habrían recibido 1,2 millones de dólares a cambio de la liberación de los marineros. No deja de ser curioso que el rescate se negociara en lujosos bufetes de abogados de la city londinense, se hace forzoso aquí recordar a los viejos corsarios, franquiciados de su Graciosa Majestad.

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